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Sigue estos útiles consejos para perder calorías todos los días y lucir una gran figura
Regula la ingesta de vegetales y frutas muy ricos en azúcares. Como uvas, mangos, plátanos, zanahorias y remolachas; pueden tener hasta 13% de azúcar.
Elige como postre fruta fresca o gelatina sin calorías. En lugar de helados, postres cremoso o hechos a base de aguas cremosas de frutas. Y eventualmente disfruta de alguno elaborado con sustitutos de grasa y de azúcar.
Prefiere alimentos ricos en fibra. Ésta acelera la sensación de saciedad y disminuye las calorías ingeridas. Además, ciertos estudios afirman que quienes comen más fibra tienden a ser más delgados. Frutas y verduras con cáscara, cereales integrales, leguminosas y frutos secos son buenas opciones.
Asa, hierve, hornea y cuece al vapor en vez de freír o empanizar. Puedes ahorrarte de 25 a 30% de calorías.
Usa aceite en aerosol para guisar o sazonar, preferentemente de canola u oliva. Contiene muchas menos calorías que la versión líquida.
Incluye proteína de alta calidad en cada tiempo de comida. Da saciedad y consume más calorías para ser metabolizada (hasta 500 en las dietas ligeramente altas en proteínas). Puede ser carne magra, pechuga sin piel, filete de pescado, lácteos light y claras de huevo (son de lenta digestión, por lo que al comerse en la mañana disminuye el apetito durante el día).
Consume crema de leche, mayonesa y queso crema en versiones light. Aunque con moderación.
Retira las grasas visibles de los alimentos. Como las de las yemas de los huevos, las pieles de las aves y las porciones grasosas de las carnes. Puedes ahorrar hasta el 30% de calorías en un mismo plato. Asimismo, evita el atún en aceite y prefiere las tostadas horneadas (no fritas).
Utiliza caldos desgrasados y leche light para sopas y cremas. Evita la crema de leche y las féculas de maíz. Y como tip: es más fácil desengrasar un alimento cuando está a temperatura ambiente.
Sustituye las frituras y botanas grasosas por vegetales frescos con limón y chile. Prueba los bastoncitos de apio o zanahoria, o jícamas y frutos cítricos.
Consume productos lácteos saludables diariamente. Las dietas ricas en calcio tienden a ser inferiores en número de calorías.
Prefiere lácteos bajos en grasas. Como la leche light o desnatada, yoghurt bajo en grasa y sin azúcares añadidos, y quesos blandos y frescos como el panela, Oaxaca y cottage. Sus contrapartes: leche entera, quesos duros y añejos son muy ricos en calorías.
Evita agregar azúcar y crema al café. Cámbialo por un chorrito de leche ligth y un sustituto de azúcar.
Limita las salsas y aderezos picantes. Pueden hiperestimular el apetito.
Bebe 2 ó 3 vasos de agua antes y durante la comida. La sensación de plenitud que provoca da tiempo a que la señal de saciedad llegue al cerebro. Y es necesaria para todos los procesos metabólicos. Aconsejándose consumir 1ml de agua por cada caloría, más el gasto por actividad física.
Rebaja los jugos de fruta y otras bebidas azucaradas con un poco de agua. Mismo sabor, menos calorías.
Evita consumir bebidas energéticas a menos que tu nivel de actividad física te lo exija. Suelen ser altas en azúcares y calorías, que de no requerirse, el cuerpo almacena como grasa.
Antes de asistir a una reunión con comida abundante, toma una porción de queso o yoghurt. Así evitas excesos de calorías.
Sustituye al elevador por escaleras, camina en vez de usar el auto, o bájate varias cuadras antes de tu destino si vas en autobús. Así incrementas el gasto de calorías por actividad.
Asegúrate de iniciar tu entrenamiento con trabajos de sobrecarga (pesas) y finalizar con ejercicio cardiovascular. Así la pérdida de grasa (calorías en reposo) es mucho más eficiente.