Juegos sexuales: besos, caricias, abrazos, miradas, masajes, masturbación mutua, sabores en tu piel. Suena bien, ¿no?
Sexo seguro
Hablar de petting, el sexo sin penetración por excelencia, es hablar de un sinnúmero de juegos sexuales tales como caricias, besos, masajes sensuales, juegos eróticos, frotamiento del pene contra la vagina con ropa íntima puesta, sexo oral, estimulación anal, uso de juguetes sexuales y hasta la práctica de la masturbación mutua. ¿Los motivos? Para dar variedad a tu sexualidad, por miedo a perder la virginidad, temor al contagio de una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual), para evitar un embarazo no deseado, por instrucción médica, por presencia de la menstruación, o cuando no está indicada la penetración por algún motivo de salud, que favorecen la presencia de otras prácticas igual o más satisfactorias que la penetración misma.
Anímate a experimentarlo
En el petting se pueden utilizar manos, boca, lengua o cualquier otra parte del cuerpo que quieras que sea partícipe del contacto físico mediante roces, besos, caricias o lo que la creatividad permita. Y aunque para algunos puede tratarse de un juego de enorme excitación sexual, que antecede a la culminación del encuentro amoroso, para muchos otros es un reto donde se ponen a prueba la fantasía y el deseo que pueden llevar a la pareja a estados tan o más gratificantes que la penetración.
Usa tu creatividad
No existe una fórmula universal que pueda aplicarse en todos los casos, pero se recomienda tener en cuenta que todo el cuerpo puede ser una zona erógena. Un recurso útil es utilizar juguetes sexuales, así como echar mano de creatividad y las fantasías sexuales, ya que pueden llegar a convertirse en un excelente técnica para experimentar nuevas y más intensas sensaciones.
Aprender a ser mejor
El petting no es una técnica que deba aprenderse en ningún manual, sino que se desarrolla en forma natural y progresiva, a medida que los integrantes de la pareja se van teniendo confianza. No existe una fórmula universal que pueda aplicarse en todos los casos, y lo único que debe tenerse en cuenta es que todo el cuerpo puede ser una zona erógena. Para ello es necesaria una comunicación muy fluida con la pareja, para determinar lo que les gusta a ambos y decidir de muto acuerdo la forma de hacerlo. Sobre todo, para evitar que alguno de los amantes caiga en la tentación de incurrir en la penetración, llegando a ser éste un motivo de discusión.
Conviene aclarar que hay que tener la precaución de que el pene no haga contacto directo con la vagina, ya que aunque no haya penetración, igual existe la posibilidad de un embarazo o de la transmisión de una enfermedad sexual, ya que el líquido preseminal y el semen se pueden escurrir accidentalmente dentro de la vagina.
Orgasmo sin penetración
Finalmente, es claro que la pareja decide en qué momento finaliza el juego erótico y si éste continúa hasta que uno, o los dos, alcancen el orgasmo. Y recuerden: aún teniendo sexo sin penetración, también es posible alcanzar el orgasmo, y éste puede llegar a ser incluso más intenso, que el conseguido a través de una relación sexual coital.
