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El otro día, mi novia me mostró su “cofre del placer”. Su vibrador me tiene preocupado. ¿Qué puedo hacer para remediar esto?
Si piensas que esto es algo que sólo te ocurre a ti, se nota que no lo has platicado con tus amigos. No eres el primer hombre que tiene este tipo de inquietudes, pues son muchos los hombres que se sienten inseguros. Incluso, se sienten amenazados porque sus mujeres utilizan juguetes sexuales exclusivos para ellas. Tal vez se trate de su tamaño, forma o color, pero especialmente los vibradores resultan inquietantes nada más de verlos.
Quizás se deba también a que este juguete de baterías puede garantizar a tu novia un orgasmo, y esto es lo que hace que muchos hombres se sientan tan incómodos. Parte de tu preocupación puede originarse en tus propias expectativas sexuales: tú quieres ser el único que pueda satisfacer a tu novia. Pero a diferencia de los hombres, las mujeres tienen un mecanismo mucho más complejo para llegar al clímax. Recuerda que un vibrador puede ofrecerles placer cuando sus parejas no pueden dárselo.
Un buen recurso es que en vez de tratar de competir contra el vibrador de tu novia, lo consideres un juguete sexual para los dos, es decir, algo que ella puede utilizar cuando está contigo, para hacer más intensa la experiencia sexual.
En realidad no existe una ley escrita que indique cómo se utiliza un vibrador, pero puedes jugar con éste durante la etapa previa “de calentamiento”. Deja que ella lo pase por algunas partes de tu cuerpo, para que sepas lo ella siente con esas incesantes vibraciones. Haz que ella te muestre cómo lo usa. Y después, pasen a la acción.
Si ella ha tenido ese mismo vibrador desde hace años y ha permanecido con él después de romper con algún ex, dile que te deje acompañarla a comprar uno nuevo. Recuerda que cuando los dos intervienen en el proceso de compra, pasa de ser: “el juguete de ella”, a “nuestro juguete”. Pero lo más importante es que nunca olvides que un vibrador jamás podrá ocupar tu lugar, sin importar la regularidad con que ella lo use.
