LA ARDILLA Un gran un mamífero roedor
Es un pequeño roedor con una simpatía extrema. A menudo podemos ver cómo en diferentes películas o tiras animadas este animal se convierte en el gracioso o aquel que siempre está metiendo en líos a los demás es decir, que hace muchas más travesuras que el resto. Sin embargo, este ejemplar tiene mucho más que ofrecernos y por ello en este artículo queremos que estés al tanto de cada uno de los puntos que creemos que te pueden conmover. ¿Te animas a saber más sobre este pequeño “salvaje”?
Antes de hablar de las características comunes de la ardilla debemos saber que existen diferentes ejemplares de este mismo animal y que cada uno de ellos cuentan con unos puntos específicos pero nosotros nos vamos a centrar sobre todo en lo que está relacionado con la ya mencionada “ardilla común” y todos esos detalles que seguramente, estás deseando descubrir.

LA ARDILLA Un gran un mamífero roedor
¡NO HAY ARDILLAS EN AUSTRALIA!
Mide entre 35 y 45 cm de longitud, de los que casi la mitad pertenecen a la cola. En las extremidades delanteras, el pulgar es reducido, pero los otros cuatro dedos están bien desarrollados y dotados de largas, curvadas y afiladas uñas.
Su color suele ser marrón pero dependiendo de algunas de las partes de su cuerpo estaremos hablando de tonos más claros o más oscuros. En el caso de la espalda por ejemplo, puede ser pardo o semi-rojizo, mientras que su vientre es blanco.
Las características físicas de la ardilla también hay que tenerlas en cuenta en función de si estamos en verano o en invierno, ya que con respecto a la abundancia de pelo en la época fría es más abundante, ya que su finalidad es la de proteger al animal contra el clima.
Su cabeza es graciosa; en ella sobresalen los ojos brillantes y la boca en la que los dientes están muy desarrollados y salientes. Si se les captura jóvenes, es posible domesticarlas y al ser un animal doméstico resulta muy sensible y cariñoso.

LA ARDILLA Un gran un mamífero roedor
Hay un gran número de especies de ardillas muy distintas en color y tamaño, se dice que son alrededor de 200 y están propagadas por todo el mundo, excepto en Australia.
La ardilla más pequeña se llama ardilla pigmea africana y mide unos 13 centímetros de la nariz a la cola. Otras alcanzan un tamaño sorprendente para aquellos que únicamente conocen las ardillas comunes de los árboles. Por ejemplo, la ardilla gigante hindú mide casi un metro.
Al igual que otros roedores, los cuatro dientes frontales de las ardillas nunca dejan de crecer, esto hace que no se desgasten. Las ardillas de los árboles son las más conocidas. Suelen verse correteando con mucha gracia y saltando de rama en rama. Otras ardillas viven en madrigueras o túneles, donde algunas hibernan.
Se alimentan de semillas, cortezas, frutos secos, brotes tiernos y bellotas, que entierran durante el verano en el suelo a unos centímetros de profundidad, para luego alimentarse durante el invierno. Este almacenamiento no lo hacen las ardillas en un solo punto, sino que lo reparten en una extensa zona del lugar en el que viven.
La savia de los árboles es un manjar delicioso para algunas especies.

SUS CRÍAS NACEN CON LOS OJOS CERRADOS Y NO TIENE PELO
Las ardillas establecen su nido en los huecos de los árboles o en un hueco del ramaje, y en ocasiones, en los nidos desocupados de algún grajo (pájaro parecido al cuervo), urraca o ave de rapiña. Es curioso ver cómo cubren su nido por arriba con una cúpula de ramas muy entrelazadas, que tapizan del musgo para evitar que entre la lluvia en su casa.
El nido de las ardillas tiene dos entradas y dentro de esta casa las ardillas hembras dan a luz entre tres y cuatro crías. Su gestación dura alrededor de 40 días Sus crías son muy pequeñas; no tienen pelo cuando nacen y tienen los ojos cerrados. La madre los amamanta durante 10 semanas y, poco a poco, les enseña a moverse entre las ramas del árbol en el que viven. Las hembras pueden tener varias camadas al año, por lo que es una población abundante

Su adiestramiento depende del buen desarrollo de su cola, ya que en la ardilla, ésta constituya el elemento esencial para mantener el equilibrio en los asombrosos saltos que efectúa de un árbol a otro. A los cinco o seis meses ya se les puede considerar adultas, pues su cuerpo y cola ya habrán adquirido su total desarrollo.
Las ardillas de países muy fríos hibernan. Esto quiere decir que duermen durante todo el invierno envueltos en su cola. Sin embargo, su sueño nunca es muy profundo, y cualquier peligro, o sencillamente su apetito, les hace espabilar rápidamente para escapar o hurgar en el suelo a la búsqueda de su dispensa subterránea de frutos que enterró durante el verano.
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