Tips para salvaguardar tu salud en época de crisis económica.
La constante preocupación por la difícil situación financiera provoca un gran estrés que impacta negativamente en tu organismo,
más si se prolonga, entonces termina haciendo verdaderos estragos.
Para que ello no te suceda, he aquí algunos prácticos consejos, muy buenos y muy económicos.
Desconéctate de las noticias sobre los mercados.
Sobre todo si eres de los que se obsesionan con los altibajos de las bolsas de valores, cetes, tasas de interés, etc.
Deja de leer los periódicos o monitorear los medios de comunicación minuto a minuto con tal de rastrear la información.
Mejor entérate en lo general, es decir, una vez al día: sólo en las mañanas, por ejemplo, y sin asociarlo con tu bienestar personal.

Tips para salvaguardar tu salud en época de crisis económica.
Identifica los verdaderos valores.
Contrario a lo que tu mente pueda decirte, lo realmente valioso que posees no son tus cuentas bancarias ni el monto de tus ingresos.
Son tus seres queridos, familia, amigos, en fin, todas las relaciones personales sinceras que te quieren por lo que eres y no por lo que tienes.
Eso sí que lo debes cuidar.
No te refugies en la comida.
Es muy común que la ansiedad por estrés lleve a la gente directo al refrigerador, la alacena o la tiendita, y la haga comer en exceso, sobre todo aquello que tiene mucho dulce o grasa, pues este tipo de alimentos son placenteros y poseen un efecto tranquilizante.
Así que cuidado, pues si te sucede y no lo paras a tiempo, a la larga puede volverse un verdadero problema: convertirse en un hábito
y hacerte engordar como no tienes idea. Mejor escucha música, pinta, baila o involúcrate en otra actividad recreativa.
Y en cuanto a la comida, ante un antojo muy grande, prefiere colaciones sanas y crujientes,
pues el sonido que produce lo crujiente al masticarse es tranquilizante (de ahí que los cereales tengan tanto éxito),
como sucede con las avellanas, nueces, zanahorias, barras de cereal integral, etc.

Tips para salvaguardar tu salud en época de crisis económica.
No caigas en adicciones
Ante la ansiedad por la crisis mucha gente, en vez de refugiarse en la comida, lo hace en el alcohol, el cigarro o las drogas,
lo que a largo plazo puede terminar en una severa adicción. Así que ten cuidado si ahora, en lugar de tomarte una copita de vez en cuando,
comienzas a hacerlo seguido con tal de sentirte confortado o para aliviar el estrés. Lo mismo con los calmantes.
Casos en los que debes visitar a un especialista lo antes posible.
Duerme bien.
¿Quién no ha escuchado que la crisis quita el sueño? Esto obedece a que el estrés mantiene tan alterado el sistema nervioso que es imposible relajarse para dormir ya no profunda y plácidamente, sino sólo dormir. Sin embargo, hay medios para conseguirlo.
Antes de irte a la cama date una ducha caliente, toma un vaso de leche tibia, escribe tus preocupaciones y posibles soluciones
y olvídate de ellas por ese día, escucha música relajante, acaricia a tu mascota, abraza a tu familia, ora, medita, etc.
Sal de la rutina.
Es la mejor forma de eliminar el pesar que puede producir el hacer siempre lo mismo, y peor aún, bajo la sombra de una crisis que desanima a cualquiera.
Así que cuando llegues a casa ponte cómodo e invita a tu esposa o hijos a dar una caminata,
a platicar de lo bueno que les pasó, a jugar juegos de mesa, bailar, en fin, a hacer alguna actividad que los integre
y comunique de mejor manera, pues ello fortalecerá sus lazos y les dará la seguridad de que por más duro que se ponga todo, mientras estén juntos, estarán bien.
No te aísles.
Aunque es importante darse un tiempo a solas para poner la mente en orden y aquietar el espíritu,
ya no lo es el prolongar esto al grado de no querer ver a nadie, pues esto puede llevarte a casarte tanto con tus ideas que luego querrás aislarte más y más,
y así consecutivamente hasta que te conviertas en un ermitaño.
En vez de ello busca un equilibrio y trata de relacionarte con personas positivas que te ayuden a mejorar tu estado de ánimo y a ser un mejor ser humano.

Piensa que el dinero no es la felicidad.
Ganar menos que antes y ver disminuido tu nivel de gastos puede provocarte la sensación de infelicidad. Lo cual es comprensible si ello afecta tu poder de compra de alimentos o pago de servicios básicos, pero si es por ya no poder adquirir ropa, zapatos o artículos de lujo, piensa que hasta es una buena manera de curar tu propensión al consumismo, uno de los más grandes males de nuestro tiempo.
Así que mejor adáptate, piensa que no hay mal que dure 100 años, y comparte lo que tienes, está comprobado que el dar a los demás provoca una gran satisfacción, haciéndote sentir que la crisis tiene su lado bueno: te invita a compartir lo que posees con otros, sobre todo, con los que menos tienen.
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