¡LOS INSECTOS, COMO LOS HUMANOS, SIEMPRE PIENSAN EN EL SEXO!
La esencia de estos animales es muy corta, es por ello que toda su vida la dedican a la reproducción, al sexo, siguiendo el precepto: “naced, creced y multiplicaos”
Todo se reduce a una lucha por la supervivencia de la especie, para que no se extinga.
Los insectos son los seres más prolíferos. Entre ellos no hay cuidado hacia su descendencia, sólo la gran cantidad de hijos que tiene, asegura la continuidad de la especie. Son animales invertebrados, en cambio los vertebrados mamíferos, sí cuidan de sus hijos. En sus relaciones sexuales, los insectos son muchas veces sorprendentes.
En la mantis religiosa, así llamada porque parece estar siempre rezando de rodillas, la hembra come la cabeza de su pareja. Con ello, rompen el centro nervioso que está en el organismo del macho que impide la salida del esperma.
Las hormigas son poliándricas, cada hembra tiene varios machos como consortes y centenares de machos compiten y mueren para dar su esperma a la gran hormiga reina.
Las arañas viuda negra reciben dicho nombre porque terminado el acto, la hembra devora al macho. Otras arañas también hacen lo mismo. Se aprovechan que los machos son más débiles y más pequeños que ellas, unas 10 ó 15 veces más chicos que sus hambrientas esposas.
LAS ARAÑAS MACHO CORREN PELIGRO MIENTRAS SE APAREAN
Cuando hacen el amor los machos de las arañas que tejen telarañas, deben cuidarse de no ser detectados por las hembras, quienes se hallan vigilando con una pata en contacto con un hilo de telaraña. Con una mínima vibración de la red, la maligna hembra se lanza contra el indefenso macho y lo devora. Los machos deben actuar muy rápido para meterse debajo de la hembra más grande, y entregarle un envoltorio donde van sus espermatozoides. Si son listos, los machos aprovecharán el desconcierto de la hembra para escapar con vida.
Mientras tanto, la hembra toma el regalo y lo mete en su propio cuerpo. Sólo así, se salvan los machos de ser devorados por la futura madre de sus hijos.
Entre los saltamontes, los machos saltan y silban cuando se encuentran con las hembras. Al terminar de hacerles el amor, los machos pierden su órgano sexual, el cual la hembra devora.
LAS CATARINAS PONEN HASTA 400 HUEVECILLOS
Las mariquitas, también conocidas como catarinas, cuando llega la primavera, después de ser fecundados, ponen hasta 400 huevecillos.
Entre las abejas, el sexo sólo se efectúa entre la reina y varios machos, los zánganos. Un día de primavera, la reina virgen secreta una feromona olorosa que atrae a centenares de zánganos, que salen volando tras la reina, que es muy fuerte y vuela muy alto. Los zánganos más débiles caen al suelo, donde son devorados por insectos necrófagos. Los machos que hacen el amor a la reina, después pierden sus vísceras y también caen. Una vez fecundada la reina no dejará de poner sus huevecillos. Los machos que quedan son aniquilados por abejas obreras, porque ya no son útiles para la continuidad de las abejas.
